María Fernanda Salas R.
¿El BCV vs. la revolución?: O el dilema de la prostituta recatada













María Fernanda Salas R.




















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El Presidente de Venezuela exige al Banco Central que le entregue mil millones de dólares de las reservas internacionales para que el Ejecutivo otorgue créditos agrícolas a tasas subsidiadas. Cosa muy necesaria para un Ejecutivo en plena campaña electoral.

La Directiva del Banco Central se niega, aduciendo que entregar créditos directos al Ejecutivo le está prohibido expresamente por la Constitución y las Leyes. El presidente insiste, y aparecen manifestantes que se apostan frente al Banco para exigir que le den al Presidente lo que pide. ¡El Banco Central no esta por encima de la constitución!, clama Chávez en sus programas dominicales. Por eso es que no podemos dar créditos "de forma directa" al Ejecutivo, responde el izquierdista economista Maza Zavala desde la directiva del instituto emisor. La gente ve la pelea y los adeptos a Chávez claman contra el Banco Central y su directiva, mientras los opositores llaman ladrón al Presidente y aplauden al Banco Central. Pero los que abuchean y aplauden, ¿saben de qué se trata esto? La inmensa mayoría, ni lo saben, ni les interesa.

 

LA PROSTITUTA RECATADA

 

Imaginemos que una prostituta que ofrece sus servicios en la vía pública acuerda con un potencial cliente precio y servicios contratados. De inmediato el cliente paga y  le ordena que se desnude y se apoye contra la pared con las piernas separadas. La prostituta responde que no puede hacer eso en la vía pública, ya que semejante cosa va contra la moral y las buenas costumbres. Y hay leyes y ordenanzas que protegen la moral y las buenas costumbres.

Si la prostitución es ilegal, nuestra legalista defensora de la Ley, la moral y las buenas costumbres, insistirá en llamar a su pago "regalito". Su asunto es prostituirse, pero dentro de la legislación vigente. En el hotel de la esquina, lo que sea. En la calle ¡nada!.

El cliente inmoral y exhibicionista con la prostituta defensora de las buenas costumbres, se perecen mucho al Presidente revolucionario y la recatada directiva del Banco Central.

Y se parecen porque no se cansan de repetir los directivos del instituto emisor que "dentro de la legislación vigente" hay diversidad de mecanismos para cumplir con el objetivo presidencial de usar dinero de las reservas en otorgar créditos agrícolas subsidiados. Compra de bonos, redescuentos preferenciales para el crédito agrícola de la banca, y un largísimo etcétera de "posiciones" para el acto y el regalito. Pero en la calle ¡nada!.

 

UN PROBLEMA DE FONDO

 

Afirmar que el presidente confunde gobierno con republica, o que pretende acabar con una inexistente autonomía del Banco Central, son necedades. Esto es un paso más en el proceso revolucionario y responde al pensamiento y objetivos de la revolución de forma completamente coherente.

Soberania revolucionaria: El soberano está por encima de la Constitución y las Leyes, el pueblo es el soberano, Chávez es el pueblo. Eso es todo, nadie puede responder que existen limitaciones legales a la voluntad del soberano. Eso es absurdo. El soberano está arto de las trabas, retrasos, limitaciones y enredos por los que hay que pasar para adaptar lentamente la legislación a su voluntad. Es como el cliente que ya pagó y quiere su trasero ¡ahí y ya!. Claro que como soberano no tiene que pagar. La forma más simple de explicar esto es dejando de lado todos los aspectos técnicos del Banco Central en la emisión de dinero y limitándonos al concepto básico.

 

UN PROBLEMA DE FORMA

 

Cada bolívar que emite el Banco Central está respaldado por los dólares y bonos que tiene en sus reservas. Si hay más bolívares contra la misma cantidad de dólares, hay devaluación inflacionaria. si hay menos dólares contra la misma cantidad de bolívares, hay devaluación inflacionaria. si hay menos dólares contra mayor cantidad de bolívares hay macro devaluación inflacionaria. La mayoría de los dólares le llegan al Ejecutivo que maneja PDVSA, para gastar bolívares los entrega al Banco Central y este le da los bolívares que necesite. Si El Ejecutivo quiere gastar más bolívares, el Banco Central devalúa. Y si quiere gastar más bolívares sin devaluar, le prohíbe a la población que compre dólares que ya le vendió al Banco Central. Y listo. Si quiere entregar menos dólares, entrega cualquier tipo de papel emitido por Hacienda al Valor y en la forma que desee. Y si quiere agarrase de nuevo los dólares tiene que entregar de nuevo los bolívares. O cualquier otra cosa. El Banco Central de Venezuela no tiene autonomía alguna en realidad. Y está más que dispuesto a seguir destruyendo el valor de los salarios, ahorros y activos de la población para financiar lo que El Ejecutivo desee. Pero no el la vía pública. Toda la discusión y manifestaciones carecen de sentido. Tras esto hay un simple deseo de generar expectativas, es él "algo me va a tocar del millardito". Es poner a "la oposición" en el papel de villano confiando en su incapacidad de oponerse efectivamente en "la forma" contra algo cuyo fondo comparten, y es oxigeno para candidaturas regionales de alcaldes y gobernadores chavistas en las zonas agrícolas. Pero sobre todo es el hacer creer que se trata de un dinero que existe, cuando es todo lo contrario.

 

EL REAL Y MEDIO DEL SOBERANO

 

El economista Guillermo Rodríguez me explica que como el Presidente no planea entregar a los productores agrícolas los dólares, sino bolívares, y los bolívares los emite el Banco Central contra las reservas de dólares, lo que en realidad pide el presidente es que le den mil millones dólares que tendrían que regresar al mismo Banco Central para que este le entregue un millón 600 mil millones de bolívares recién impresos sin respaldo. Y dicha operación, afirma, la puede repetir cuantas veces quiera, como en la canción del real y medio. Le quita un "milladito" de dólares al Banco Central, con el que le compra un billoncito seiscientos de bolívares, y agrega que así podría ser que mañana se lo vuelve a quitar y le vuelve a comprar... y le vuelve a quitar y le vuelve a comprar, porque lo importante es que esos dólares ya le habían sido entregados al Banco Central a cambio de bolívares por el mismo Ejecutivo.  Y digo yo, ¿no sería más fácil para "el soberano" enviar sus piquetes de protesta a la Casa de la Moneda en Maracay para exigir que le impriman lo que necesita? Pues si, pero también sería más obvio. Esto es lo mismo, pero la mayoría no lo nota. Y además, me explica también el Dr. Rodríguez, es una forma de devaluar sin reconocerlo, ya que se puede mantener la tasa "oficial" intacta emitiendo más y más bolívares contra las mismas reservas y -en teoría- nunca vender esas reservas al público que, tiene los virtualmente devaluados bolívares. Y digo yo, ¿si tenemos más y más... y más y más, bolívares en circulación, no subirán los precios hasta la hiperinflación?. Pues claro que si, pero por ahora se trato sólo del "millardito" con diminutivo para que luzca poquito. Y más que nada, se trata de seguir imponiendo la voluntad  del "soberano" por encima de cualquier barrera legal o institucional. Que la realidad nos pasará factura por querer imponerle la voluntad del "soberano", es algo tan cierto como que el "soberano" no cree en la realidad.

 

Me explico. 
















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